
Bajo el reflejo de una vela tímida he inocente
en el suave fondo de una copa de vino
oscurecido por ventanas en rebeldía
el alma se hace palpable
El lápiz derrama la borrosa imagen de lo que un día fue la cordura
resignado a las palabras de fuego que inundan la boca
por donde brota algo más que sangre
guardar silencio seria como ahogarse con el mismo fuego
Si, las cosas deben decirse
el peligro consiste en estar presente para hacerlo
palabras precarias en su conducta
añejas en su afán de ser oídas
pronunciadas antes de mi
un resultado
la fusión de muchas voces a través de los años
No pretenden cambiar el mundo
se necesita un esfuerzo mayor para eso
un poco de viento, son
Se escuchan por merito propio
como un testimonio inagotable
cada día con la fuerza de palabras primeras
cada noche con la ilusión que deja el vacío
surgen del caos que anticipa la calma
desde el interior
donde los gritos no pueden ser escuchados
Y es mas fácil huir
que ser devorados
cuando la soga esta en el cuello
no hay nadie agotando este discurso
Hemos sabido acostumbrarnos
no hay sorpresa en la catástrofe
el día de mañana no será muy distinto al de ayer
anestesiado por un sistema del que todos reniegan
y que es defendido por los idiotas de turno
o los de siempre
En fin, que más da mi llanto
si el llanto de miles me antecede
que más da mi dolor
si el dolor de millones me supera
Y no hablaremos del cuerpo
hasta que el cuerpo nos falte
Quisiera ser un lobo
y aullar en un monte
y provocar el pavor de la gente
con mi llanto.