
Cuando el hombre crece y mueren las hadas, el silencio de las palabras resuena en el fondo de un horizonte imperceptible, donde no hay posibilidad para el retorno, cuando el hombre crece y el llanto ya no es permitido, la sangre fluye de entre los recuerdos para dar paso a otros hombres y sus sueños, en un círculo inexacto, el adiós se hace enorme, otra vida entre tantas vidas, pero ahora con menos fuerza, el rostro se vuelve añejo y el amor menos imperfecto......